Un poco alicaída por la estrepitosa caída de mi equipo en la Copa Amèrica, lo único que medianamente me consuela es ese segundo gol convertido a ese arquerito que tiene tatuada en la espalda colores tan desagradables como los que sabemos.
¿Y cuál es la razón? De mi equipo, el Independiente Medellín solo se convocaron dos jugadores, Baloyes que ojalá contra USA juegue y Castrillón que se elevó por las aires y les juro que no sentí que fuera gol de Colombia, ya no me importaba el marcador, yo sentí que fue gol de mi equipo. Pasa lo mismo con River. Como mi hija es medio argentina, hija de un hincha de Huracán para mas señas, siempre mi corazón está con la celeste, siempre y cuando no sea contra Colombia. Pero verlos en ese partido era verlos luchar contra la irremediable realidad de perder contra el mejor equipo de Amèrica. Igual, los goles de nuestros muchachos son los que más celebro, a riesgo de ser insultada por la parcial amarilla.
El descalabro tiene nombre: un técnico que teme a las figuras, que posa de estricto pero no se sabe imponer ante los Cordoba o los Calero, les aseguro hinchas de River que leen este blog, en cada puesto, en los equipos locales hay dos o tres mejores que los titulares que este inepto se obstinó en imponernos . Así, con la valija llena de goles se devuelven a Colombia, pero mi Castri, mi hermoso Castrillón recibirá de la parcial un sonoro aplauso en el primer partido de la temporada porque demostró que tenemos jugadores de calidad, solo que no gozan de las mismas oportunidades.
Espero que Argentina sea el campeón, no veo otra, se lo merecen, una tropa inmensa en la que los nuestros brillan.
Gracias Clara, nuestra gallina colombiana, ya estará en el arco Carrizo, la promesa riverplatense.
3 comentarios:
Si queres la felicidad para tu hija no la hagas hincha del "club de barrio" del padre
Obvio que noooooooooooooo!
Mi hija es toda una pollita
Esa es la gallina colombiana que queremos...
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